miércoles, 21 de octubre de 2009

Ensayo sobre la pertinencia del Vinaya en la actualidad

Lo que conocemos hoy como la enseñanza del Buddha, en las escrituras se apunta como Dhamma-Vinaya, y no sólo en ellas ha de figurar así. El Vinaya no está relacionado únicamente con lo monástico sino que también tiene muchos discursos llenos de significado e inspiración como los que encontramos en el Sutta Pitaka.

Cuando decidimos "aventurarnos" en el camino que Buddha nos enseñó, implícitamente decidimos vivir acorde a su Dhamma-Vinaya y cumplimos con esto en la medida que decidimos o queremos, pero se ha de tener en cuenta que esto no tiene matices o grados. En este sentido, como practicantes de lo que Buddha nos ha legado, nuestra práctica no sólo ha de ser alimentada por nuestra inspiración para alcanzar el Nibbana en una manera simple o por lo que aprendamos leyendo Suttas, sino que también debe estar presente nuestro profundo deseo de practicar acorde a las guías que el Buddha también estableció.

No podemos o estar de acuerdo con una pequeña parte de las reglas, o sólo con aquellos asuntos que nos permiten algún grado de satisfacción mental y confort ni tampoco creer que es todo lo que necesitamos para permanecer en el camino. No podemos actuar como "catadores" con el Dhamma, sino que hemos de "beberlo" hasta la última gota. Y tal como está propiamente escrito en algunos Suttas, "el Dhamma, es agradable en el comienzo, agradable en el medio y agradable en el final, en espíritu y con palabras, revela la vida santa totalmente perfecta, completamente purificada." [1]

Hay muchos pasajes en los cuales Buddha invita a uno o más monjes a vivir acorde al Patimokkha, y no es mi intención traer todo aquello aquí. Él nos advierte sobre proteger las puertas de los sentidos y comprometernos a restringir sus facultades asociadas, este es el entrenamiento del monástico, esta es la manera en que uno va hacia la santidad. Ni con menos, ni con excusas, ni con excepciones.

El Buddha habla en el Pañña Sutta acerca de las condiciones para alcanzar la sabiduría y, sin sorpresa, vivir acorde al Patimokkha es la cuarta. Se dice:

"Luego, él practica la virtud y la vida restringida de acuerdo al Patimokkha; es perfecto en su conducta y en sus costumbres, viendo el peligro de la falta aún más pequeña. Se somete y se entrena a sí mismo en la práctica de los preceptos. Esta es, monjes, la cuarta condición, la cuarta causa que conduce a la adquisición de la sabiduría aún no conquistada, que es la base de la vida santa, y, al haberla conquistado, conduce a su desarrollo aún más alto, a la abundancia y su realización completa" [2].

Permítanme decir algo al respecto. En la primera oración, el Buddha nos ofrece el elixir, la esencia, la semilla que uno ha de cultivar: la virtud. El Buddha nos explica claramente lo que debe ser llamado virtuoso en Kalyanasila Sutta:

"Monjes, ¿y cómo el monje es admirable en virtud? He aquí el caso del monje que es virtuoso. Él mora restringido de acuerdo al Patimokkha, irreprochable en su conducta y sus actos. Se entrena a sí mismo, habiendo asumido las reglas del entrenamiento, viendo el peligro en la más mínima falta. De esta forma, monjes, el monje es admirable en virtud. Es así como su conducta es admirable". [3]

Y aunque parezca ser una fórmula que se repite una y otra vez, uno [el monástico] debe morar en concordancia con el Patimokkha, ese es el marco de su entrenamiento.

Luego continúa, “(...) y la vida restringida de acuerdo al Patimokkha; es perfecto en su conducta y en sus costumbres, viendo el peligro de la falta aún más pequeña". Aquí hay un punto crítico, atemporal. El Dhamma-Vinaya debe ser tomado POR LO QUE ES y como un humilde reflejo del testimonio de Buddha, ver que ninguno de nosotros tiene la suficiente autoridad para determinar qué debe ser modificado o borrado. El comportamiento inescrupuloso de transgredir una regla del Patimokkha o el sugerir que no es importante para el entrenamiento, no contribuye al bienestar ni al beneficio del Dhamma-Vinaya ni del Sangha.

El Patimokkha que el Buddha nos legó ha sido y continuará siendo esencial para el mundo, porque tanto al tiempo presente como al tiempo pasado el propósito es uno y su entrenamiento está bien establecido. Por el bienestar del Sangha,… por el beneficio del Vinaya,… por las reducciones de las contaminaciones de esta vida presente y parar protegernos contra las contaminaciones que nos puedan condicionar en una vida futura.

Finalmente señala: "Se somete y se entrena a sí mismo en la práctica de los preceptos". Hace un tiempo leí un texto de Bhikkhu Thanissaro referente a esto. Thanissaro se refiere a estos como reglas prácticas, bien definidas, humanas y dignas de respeto [4]. EStando bien definidas no requieren de convenientes interpretaciones que esten a gusto con la vida de cada quien, sino que se expresan para todos en los mismos términos. El entrenamiento no sólo está en las horas meditación diaria, sino también en lo que haces cuando te levantas del cojín. Los preceptos son como la corona de un rey, sólo cuando ha tomado posesión de su responsabilidades puede mandar sin usarla sobre su cabeza.

Sólo aquel que ha vivido acorde a la regla, puede vivir más allá de ella.


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[1] "Desanaa Sutta: Teaching" (SN 42.7), traduicido del Pali por Maurice O'Connell Walshe. Access to Insight.
[2] "Pañña Sutta: Discernment" (AN 8.2), traducido del Pali por Thanissaro Bhikkhu. Access to Insight.
[3] "Itivuttaka", traducido del Pali por Thanissaro Bhikkhu. Access to Insight.
[4] Thanissaro Bhikkhu. "The Healing Power of Precepts". Access to Insight