Esta mañana he leído un artículo titulado "Un budismo transversal" [ver aquí], y por varios motivos me ha llamado la atención, motivo por el cual me animé a escribir aquí al respecto.
En primer lugar, es la afirmación de que el "movimiento" por el budismo comprometido se afirme como una postura innovadora en la que se anima a que el practicante participe activamente en todas las esferas de la sociedad y se oponga a las estructuras establecidas. Personalmente, no me parace "una postura innovadora" cuando se revisa un poco la historia del Budismo y su difusión por Oriente, no más con revisar atentamente la historia del Zen ya se tiene un buen ejemplo. No obstante, la oposición a las estructuras establecidas en las sociedades actuales tiene diferentes matices de interpretación. Todos, en mayor en menor grado, manifestamos oposición frente a lo que sucede en la actualidad con el mundo, ya sea en temas de política, economía o bienestar. ¿Pero cómo llevar una oposición desde el Budismo? Eso no me lo he planteado, reviste de una cuidadosa y estudiada respuesta.
En segundo lugar, no estoy de acuerdo con la afirmación de que las comunidades monásticas sean conformistas ante lo que pasa en el mundo. Y eso tiene que ver con los siguiente: la vida monástica es entendida como la vida santa, una vida dedicada al cultivo/desarrollo de aquellas cualidades que permiten alcanzar el Nibbana, y para eso se renuncia a la vida social, a la personalidad social del sujeto. Es una vida sagrada, es una vida dedicada a otra forma de servicio. Pero, ¿debería el monje participar activamente en la política? Yo no lo creo, de lo contrario el Buddha debió haber ejercido como rey cuando su padre murió. Y eso no sucedió. De lo anterior no se deriva que demerite la labor de los monjes en Birmania, Sri Lanka o Vietnam durante las últimas décadas, pero son cosas diferentes. Sin embargo, hace dos semanas encontré en Facebook que unos monjes conocidos míos se estaban postulando para cargos políticos en su país. La sorpresa fue "mayúscula". Más aún cuando leía sus eslogan de campaña, "vote/apoye a quien está con el Buddha, por quien sabe de la mente de los hombres" (??). Sin comentarios adicionales.
En tercer lugar: "¿podemos hoy en día contentarnos con enseñar una religión cuando los hombres no comen cuando tienen hambre, no tienen techo o abrigo o no tienen acceso a la educación?" Esto ha sido desde muchos siglos. Podría explayarme acá sobre lo que el Buddha dice sobre las necesidades, pero lo dejaré para otro mensaje; por ahora, sólo diré lo siguiente: Nunca se ha pensado que la religión dé alimento y techo, sino que el hombre mismo ha de procurárselos, ¿cuál debería ser la actitud? La del esfuerzo por ayudarse y ayudar a otros... y eso no es nuevo, Buddha, Jesús, entre otros, lo señalaron en su prédica. Definitivamente no se trata de contentarse con enseñanzas espirituales, ni de contentarse con la beneficiosa situación propia, pero debemos establecer un medio entre capacidades, posibilidades y oportunidades. ¿Debemos salvar al mundo? No lo sé ¿Podemos contribuir a que el mundo sea un mejor lugar? Definitivamente sí. ¿Por dónde empezar? Por hacer de uno mismo un bien para los que le rodean. Y ahí ya hay mucho.
En cuarto lugar, considero que como practicantes del Buddhadhamma respondemos al sufrimiento del mundo, a todo el sufrimiento. No sólo se trata de resolver la ignorancia, el deseo y la avidez. Estamos también en los problemas de las sociedades en las que vivimos porque hacemos parte de ellas. Resolvemos, participamos, comentamos, pensamos y, como diría un buen amigo, intentamos resolver el mundo de vez en cuando.
Finalmente, para aquellos que consideran que los monjes no se han movido dentro de este "movimiento" (disculpen la redundancia), ellos mismos han organizado conferencias internacionales que cubren estos y otros temas, aún más mundanos que su vocación y sus raíces. Ellos también observan al mundo, porque hacen parte de él.
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