He estado leyendo el libro de Matthieu Ricard "En defensa de la felicidad". Nada mal para mi gusto, pero las apreciaciones budistas merecen un par de comentarios-correcciones desde el budismo Theravada. Pero de eso no voy a hablar acá.
Entrando en materia, en uno de los apartados de su libro menciona acertadamente lo siguiente: "El sufrimiento se padece, pero la desdicha se crea". Más adelante precisa: " Otra cosa es la desdicha, es decir, la forma en que vivimos esos sufrimientos." ¡Un punto para el monje!
Creo que en el proceso de reconocer el sufrimiento [dukkha] como parte de la existencia (primera verdad noble), podríamos estar usando excesivamente la etiqueta genérica "sufrimiento" para denotar nuestros pareceres. Si bien podría desvanecerse la diferencia al pensar en términos de insatisfacción, sea por causas externas o percepciones personales, cuando "no X me gusta" pues X es una fuente de sufrimiento para mí. Pero si nos quedamos ahí, pues sólo vamos a marear al perdiz... y quien sabe si no terminaremos en el fatalismo (o algún estado dramático).
No obstante, la distinción puede llegar a ser bastante útil si la usamos para liberarnos de o eliminar ese ego caprichoso que cultivamos, para aprender a tomar distancia de las situaciones, observarlas y sobreponernos a ellas con entereza y libertad (porque si nos "pica" algo, de alguna arista lo estamos arrastrando). Aprender a ver, a contemplar la realidad requiere de un entrenamiento gradual y constante en donde reconocemos cada uno de los aspectos de esta existencia y de las ilusiones derivadas de nuestra percepción. No se trata de dejar de sentir o no tener ideas, ni mucho menos perder el criterio sobre lo hábil y no-hábil; pero sentirnos insatisfechos y sufrientes ante cada situación que se presente es una clara muestra de que anterior a aceptar lo que sucede, decidimos (consciente o inconscientemente) darnos golpes con algún palo de rosa con espinas.
Cuando el Buddha habla sobre dukkha (insatisfacción/sufrimiento) en la primera verdad noble, no nos deja ahí "sin más"; por el contrario existen tres verdades nobles más., y en la última bosqueja el camino a seguir para superar dukkha como característica de la existencia. Así pues, tal (re)acción antes que alinearnos con el Nibbana, nos hunde en el samsara y alimenta la (ya) distorsionada percepción de la realidad que traemos.
Como suele decirse con frecuencia cuando se habla sobre la felicidad: "en nosotros está la fuente de la felicidad y de la mayor desdicha", la pregunta es: ¿hacia qué lado nos queremos inclinar y hacia qué lado en verdad nos inclinamos?
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