sábado, 20 de marzo de 2010

Sobre la perfección

Llevo varias semanas trabajando con mi proyecto de grado, pero últimamente la presión se nota más. Eso ha desembocado en que tenga un horario de trabajo ligeramente más extenso, y mi lista de "otros pendientes" ya vaya por la segunda página... pero también suspendí la meditación por dos razones: duermo muy poco ---> podría quedarme dormida durante la práctica; estoy algo obsesionada con mi trabajo, así que en vez de reducir la agitación mental comienzo a repasar lo hecho durante el día (bueno, eso también lo hago "dormida").

En fin, sobra decir que no tiene nada de inteligente haber dejado de meditar, de verdad que no. Generalmente es bueno respirar otro aire, tomarse un momento para descansar, para distraerte, para salir del molde de la silla... pero a veces se es lo necesariamente obtuso como para no hacerlo, y motivos-excusas hay miles.

El caso es que ya bien entrada la noche, la falta de sueño y descanso, entre otros, ya me tenía en crisis emocional. Digamos que fue un día de mucha presión, con más desaciertos que lo normal, demasiada agitación... Pero tuve la fortuna de encontrarme con un amigo bhikkhu un par de minutos. Al menos esta vez no me dediqué a hacer otras tres cosas mientras me hablaba ^^ (definitivamente, esta no es una buena práctica de la atención). Le conté qué pasaba, preguntó por mi meditación, con bastante vergüenza por cierto, y tras unos segundos me dijo lo siguiente:

"La perfección en lo que hacemos proviene de la buena práctica. Sigue adelante y no te detengas, pero usa el mismo nivel de esfuerzo que tienes puesto en tu trabajo para tu práctica de la meditación ;).
Es normal que tu ego intente perturbar tu práctica de la meditación. No te preocupes, es normal. Pero has de estar atenta a esto e identificarlos, esto es una gran práctica en sí misma".

De no ser porque a los monjes no se les debe tocar, y además vive literalmente al otro lado del planeta... al menos lo abrazo ^^.

Fue un buen momento para recibir ese recordatorio, dentro de todo se siente bien, es como zacudirte con ternura para volver al "medio" entre tus responsabilidades y tu motivación principal. Generalmente sabemos qué tenemos que hacer, pero ante la primera oportunidad de colocar una excusa frente a nosotros, cierto personaje sale por ella y nos quedamos ahí viendola un buen rato.

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